viernes, 29 de enero de 2010

Milonga del Ángel (Astor Piazzolla)


Esa mezcla inusual del Sol que le acuchilla la piel a las ciudades y el frío invisible del invierno, provoca una disposición especial para escuchar a Piazzolla; justo como ahora, que me reencuentro con la Milonga del ángel.
La textura del disco en general se parece más o menos lo que yo podría identificar como cortinas de la memoria; con las que uno atenúa la rutina y sus amaneceres, y aclara esos territorios olvidados de una vida sin mayores sobresaltos.
No sé si lo mío, en el fondo sea una predilección de closet por el melodrama musical; pero hay que escuchar las historias que suscriben un bandoneón, un teclado, el contrabajo y el violín, para probar lo que uno regularmente reconoce a través de los ojos y la boca pero, esta vez, en los oídos.