miércoles, 24 de febrero de 2010

THE HEART OF SATURDAY NIGHT (Tom Waits) by Bryan Klett



Acerca de los discos que se comentan en el blog, uno puede ver que a varios se les ha puesto algo así como una etiquetita, misma que sugiere el momento para escucharlos o la combinación de emociones ideal para acercarse a ellos. Esto no me parece para nada extraño, pero ninguno hasta el momento se nos había adelantado a colocarse la etiqueta desde su título; ciertamente “Fine and Mellow” y “Keep it simple” dicen bastante de su construcción musical, pero el corazón de la noche del sábado es el que bombea la condición anímica y contagiosa de ese saco de carne y humo denso, el decadentista Tom Waits.
Quizá llegar a casa en la madrugada del domingo con aliento a alcohol y mirada de satisfacción cansada sea el punto en que las evocaciones de jazz y blues con dejos del folk sureño apuntan hacia una actitud melancólica, o no; pero no importa cuánto nos procuremos la compañía del fin de semana, o el descanso o una destrucción absoluta del cuerpo, lo cierto es que agazapado en la noche salta de su escondite el regodeo de la nostalgia y nos habita de momento, cuando el largo vaivén de la fiesta se tranquiliza o cuando lavamos los trastes de la cena.
Hoy, acaso el destino, quiso que fuera sábado. Antes de darme cuenta ya estaba la luz apagada y tenía un cigarro apretado entre los labios.

martes, 2 de febrero de 2010

Revisiones y discos sobre Paz "El niño Josele" (by Axel Juárez)


El hecho de que un 'tocaor' almeriense con vasta experiencia en la música flamenca, se acerque de manera tan poco usual y atrevida a una selecta parte del repertorio de un genio del jazz, vuelve a dejar en claro la universalidad del lenguaje musical y la seguridad de que cuando de generar emociones se trata, no hay fronteras que valgan. Me refiero en este caso al Niño Josele, experimentado guitarrista flamenco, y a las interpretaciones del 'poeta del piano' Bill Evans. Es bien conocida la tremenda importancia de Evans en el jazz tanto por los aportes técnico-interpretativos como por la revolución en el concepto de 'trío de piano', Josele se acerca a Evans con sonidos puramente flamencos mezclados con armonías e instrumentaciones típicas del jazz, hacer algo así y encima seguir manteniendo la emotividad y elegancia de aquellas míticas interpretaciones creo que va mucho más allá de un revoltijo de notas, ritmos y relaciones matemáticas bien sabidas y asimiladas por los músicos, creo que algo así raya en ese algo intangible con el cual este blog comulga en cada entrada: la onda.
Cada día parece ser más evidente que en cada casa, escuela, nota periodística, noticiario y demás lugares y espacios tan disímiles existen comunes denominadores, estoy seguro que uno de ellos es el ruido, elemento al parecer tan necesario en nuestras sociedades actuales para fines de aturdimiento y control, huérfanos de paz es lo que llegamos a ser en incontables ocasiones y en cientos de lugares, la Paz que nos brinda Josele (Evans mediante) en este álbum, puede ser el escaparate ideal del desmadre social, y quizá con la concentración y escucha adecuada, una cucharada de remedio a futuras neurosis (chuladas síquicas, pues) o bien, un incentivo a la palabra precisa, la sonrisa perfecta... Silvio dixit.

Los discos


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viernes, 29 de enero de 2010

Milonga del Ángel (Astor Piazzolla)


Esa mezcla inusual del Sol que le acuchilla la piel a las ciudades y el frío invisible del invierno, provoca una disposición especial para escuchar a Piazzolla; justo como ahora, que me reencuentro con la Milonga del ángel.
La textura del disco en general se parece más o menos lo que yo podría identificar como cortinas de la memoria; con las que uno atenúa la rutina y sus amaneceres, y aclara esos territorios olvidados de una vida sin mayores sobresaltos.
No sé si lo mío, en el fondo sea una predilección de closet por el melodrama musical; pero hay que escuchar las historias que suscriben un bandoneón, un teclado, el contrabajo y el violín, para probar lo que uno regularmente reconoce a través de los ojos y la boca pero, esta vez, en los oídos.

sábado, 19 de diciembre de 2009

Ben Harper (The best so far)


Los alivios que duelen son palabras, rostros, ciudades, despedidas como puños pegando a la garganta, silencios cuando no se necesitan. Duelen, y sin embargo salvan.
Uno puede reconocer aquello que llaman buenaventura, siempre y cuando, haya probado las condiciones del fracaso, no el duradero (ojalá ése lo sufrieran pocos), sino el otro, el de 5 o seis veces al año. El que no ha matado nunca a nadie, pero le da pautas para reconocer ciertas diferencias entre lo bueno y lo malo, respecto al presente. Aquellos referentes son fácilmente identificables porque se parecen a una cicatriz que tardó tomar la forma que el tiempo tenía reservado para ella.
Este disco de Ben Harper sabe un poco a eso, entra por los oídos y se va a estrellar con la boca del estómago, por dentro, con esos cuchillos que duelen, salvan.

sábado, 28 de noviembre de 2009

Impressions on Chopin's nocturnes (Jacques Loussier)


Cada cosa en esta tierra, tarde o temprano, tendrá algo que decir.
A medida que uno se va distanciando más de los lenguajes concretos, aquellos donde decir árbol, pie o agua, constriñe el alcance de su imagen a espacios de tiempo y forma, las otras conversaciones (las que uno tiene con los días ya gastados, la ciudad y las cosas rotas que nadie tira) van cobrando nitidez.
Así, después de un rato, uno se puede saltar el protocolo de enunciar "hambre" para reconocerla a un costado; o frío, para escucharlo merodear en la ventana, y podemos comenzar a saldar las cuentas con esa cosa callada que sale de algún lado para que la miremos con los oídos y con las manos, o con el vientre, aunque sólo sea a través de un piano, en la oscuridad.

martes, 24 de noviembre de 2009

Mar dulce (Bajo Fondo Tango Club) por Klett García


Bien lo dice Diego: los tangos de Adriana Varela son para embriagar esa parte de la memoria a donde van los nudos en la garganta que todos guardamos como embolias, pero es otro aspecto de la nostalgia el que se nos presenta en este disco de Bajo Fon-do; paralelamente a las canciones que sirven a la noche o a los viajes íntimos, “Mar Dulce” funciona como soundtrack en los días inundados por el letargo de la calle.
El sonido atemporal que nace del diálogo entre el tecno-pop y el tango despier-ta la furia de las ciudades y el sentido de uno como individuo, ahí, en el café o en una esquina esperando a que cambie el rojo. Cielos nublados y la estela de las luces de los coches son la ambientación ideal para un estilo que sustituye la viceralidad con la mera contemplación de las ventanas empañadas.

domingo, 22 de noviembre de 2009

Fine and Mellow (Ella Fitzgerald)


Creo que ni Fitzgerald ni el propio Norman Granz (su productor), llegaron a imaginar el resultado final de este disco.
Después de todo, cuando un lee los créditos de los músicos que acompañan a Ella, se pueda esperar cualquier cosa, desde un escaparate constante de virtusismo y talento, monólogos musicales de suma trascendencia para la comunidad jazzera. Pero no. Lo que uno encuentra en este disco es más importante que lo anterior, es un ejemplo extraordinario para demostrar que la genialidad de la música (y la vida en general) está en la integración de sus elementos.
En este disco no hay solos impresionantes, ni reformulaciones armónicas inesperadas, ni aspectos rítmicas vanguardistas, ni soniditos raros; sólo hay 8 geniesillos que se preocuparon por hacer un disco con "Onda"